Proyecto artístico / Künstlerisches Projekt
Esta cuarentena ha modificado nuestras rutinas. Antes teníamos organizado nuestro día a día. Cada une con sus temas: el trabajo, los estudios, que me voy a juntar con tal, que tengo una charla mañana, que el taller de fútbol, que un cumpleaños, y así. Los fines de semana los aprovechábamos para hacer cosas en familia, lo que básicamente consistía en salir a pasear por ahí. Al día de hoy llevamos más de 40 días juntos haciendo cosas en familia, con atmósfera de días de semanas, porque la tarea de la escuela la mandan y el trabajo se hace desde casa. Conviviendo les 3 en el apartamento, sólo estando, me di cuenta que más allá del estrés y presión (sobre todo de las primeras semanas), tengo más contacto, y hay más roce. Fueron emergiendo algunas situaciones detonadas por circunstancias diversas: desde un sencillo procrastinar, para dilatar el comienzo del trabajo o el almuerzo, o porque mi hija Simona insistía demasiado para sacarla de su aburrimiento imperante. Estas situaciones son una entremezcla de juegos con conversaciones aparentemente banales, pero que van generado confidencialidades entre nosotras, fortaleciendo nuestro lazo.
—Mamá, quisiera que estuvieras pegada a mí.
—No lo creo Simona.
Estos puntos de encuentro que se van generado entre ambas, los hemos ido transformado en rituales. Dotarlos de un misticismo los hace sagrados, y por lo tanto irrenunciables. Quizá sea una forma de protección inconsciente para estos momentos, ya que sabemos que hay situaciones dónde una o la otra desea estar en lo suyo, sin que su privacidad sea alterada. Nos necesitamos, pero al mismo tiempo, queremos nuestro espacio.
—Mamá, ven!
—Espera.
Este proyecto fue producido durante la participación del laboratorio artístico Maternar en cuarentena, realizado en formato virtual durante el mes de mayo del año 2020. Organizado por Karne Kunst.